¿Qué se siente al entrar en una cámara anecoica?

Cámara anecoica - ATL Europa

Al entrar en una cámara anecoica se puedan experimentar dos reacciones tan típicas como contrarias: hay personas que sienten una calma muy grande que les lleva incluso a dormirse. Por el contrario, otras personas se ven abrumadas por el silencio, sienten claustrofobia y se ponen tan nerviosos que necesitan salir de allí lo antes posible.

En cualquier caso, entrar en este tipo de cámaras genera reacciones raras porque el ambiente es raro. No podemos olvidar que el oído humano no está acostumbrado a la ausencia total de inflexiones sonoras. El simple hecho de que haya un suelo en nuestra vida normal, genera una carga de presión a la que el oído se acostumbra. Sin embargo, su ausencia al uso en esta cámara provoca confusión, de ahí que las reacciones puedan ser tan dispares.

¿Qué es una cámara anecoica y para qué la usamos en ATL Europa?

Por poner en situación a los lectores que quizás no sepan mucho sobre este tema, recordamos que una cámara anecoica es un espacio que ha sido diseñado y fabricado para absorber la totalidad de las ondas acústicas y electromagnéticas que existen.

Están ubicadas en lugares estratégicos, sus paredes están recubiertas de materiales como puede ser la lana de vidrio y están totalmente aisladas del exterior. Porque solo así se consiguen unas condiciones acústicas y ambientales que permiten a ese espacio estar libre de cualquier influencia sonora y electromagnética.

En nuestro caso, disponer de cámara anecoica responde a la necesidad de contar con un espacio en el que poder medir elementos radiantes en un rango de frecuencias desde 10 MHz hasta 40 GHz. Es un espacio destinado al estudio, parte de nuestro laboratorio en el que realizamos mediciones de antenas y sistemas radiantes en general.

¿Qué dicen quienes entran en una?

Hay quien asegura que 45 minutos dentro de una cámara anecoica son suficientes para terminar desarrollando algún síntoma de locura por el hecho de que la ausencia total de sonido puede llevar a la total desorientación.

Su geometría y composición causan un efecto muy peculiar en las personas que entran. Además, da la sensación de que las paredes respiran, que ondean lentamente aunque nada suceda dentro ni nada pueda llegar a oírse.

En un entorno concebido para medir con precisión el comportamiento del sonido, el oído humano se siente perdido porque no está acostumbrado a la ausencia total de sonidos a su alrededor. La mayoría de las personas, lo padezcan en su vida “normal” o no, tienden a experimentar acúfenos o tinnitus: el cerebro decide que falta un tono a su alrededor y lo añade sin que sea real. Como decíamos, en muchos casos puede ocurrir que exista este problema real y la persona padezca un acúfeno que, en estas condiciones, cobra una dimensión mucho mayor. Pero en otros casos, son presiones que emergen del cerebro ante la inexistencia absoluta de sonido real.

 

¿Es posible esta posibilidad extrema de silencio? Solo en estas cámaras anecoicas. En ATL Europa contamos con una a medida de nuestras necesidades como especialistas en telecomunicaciones con laboratorio propio para estudio sonoro y estudio de campos electromagnéticos. Puedes consultar en la web todos nuestros servicios profesional para el sector industrial y militar.